LA VOLUNTAD POR AMOR A
VENEZUELA
Escribe: Egly Colina Marín
El secreto
de los grandes caracteres es la decisión oportuna. Después de pensar, querer, deseo
de hacer las cosas. Por el
pensamiento en toda empresa, medimos nuestra fuerza, ante los obstáculos.
Equivocarse, es una culpa. Una vez
analizado y decidido, y al manifestar un
SI, claro como un haz de luz, TU
voluntad debe ser inflexible. Siempre adelante.
No podemos
vacilar, tal como lo aseveró Nuestro Libertador SIMÓN BOLÍVAR, en un Discurso ante la Sociedad Patriótica. “Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad
suramericana: vacilar es perdernos”… Simón
Bolívar, el 03 de julio de 1811.
La voluntad
sana jamás falla, traiciona, ni repudia. NO HAY MORAL sin la firmeza de la
conducta. Cuando un hombre sin voluntad se propone volar termina por el suelo
arrastrándose en el lodo. LA FÓRMULA PERFECTA ES DECIR: HAGO Y NO DECIR HARÉ que es el lema del sin
voluntad.
La voluntad
se prueba en la acción. Existe muchas veces el deseo de realizar empresas, pero
sin basamento, es decir, alocadas, y es de ignorantes emprenderlas; sin embargo,
es mayor el número de empresas que solo se piensan, se proponen…Y, luego las ven
como imposibles de realizar, porque NO
EXISTE LA VOLUNTAD. Sin la
voluntad de ejecutarlas, esas personas pasan el año, posponiendo el inicio para el mes siguiente, y así
sucesivamente, sin trabajar, a esos se
les llama holgazanes.
VENEZUELA,
está capacitada para emprender grandes retos, porque tenemos principalmente el
capital humano, pero nuestra voluntad
debe ser inflexible a la hora de iniciarnos en ese propósito. Nada se
consigue sin la voluntad del trabajo, en momentos de dificultad es, es cuando
debemos liberarnos de cualquier prejuicio y asumir nuestra cuota de
responsabilidad, porque VENEZUELA ES
NUESTRA, Y NOS NECESITA. Somos un gran país, de luchadores, no es momento
de reproches ni de agresiones, todos somos hermanos de la libertad, por ello, DEBEMOS ESTAR UNIDOS.
Finalmente, cito a José Ingenieros cuando afirmó:…” las más frecuentes infelicidades,
arraigan en nuestra propia pereza. El barco no avanza si el marino soñoliento
no abre sus velas en la hora propicia, se desvía de su derrotero si el piloto
no da a buen tiempo el golpe de timón. Por eso, la VOLUNTAD, debe estar siempre
lista para actuar; un solo minuto de vacilación puede perder al hombre, si en
ese minuto coincide la oportunidad.”
Cuando se
une la oportunidad y existe la preparación, SE OBTIENE EL ÉXITO. NO HABLEMOS
ENTONCES DE SUERTE…